martes, 31 de julio de 2012

Ladrones de sueños.

 Paso las noches pensando por qué. Paso las noches preguntandome que hice mal. Veo la luna cruzar la ventana. Inento pensar que mañana he de madrugar asi que deberia dormir, pero la pena regresa y me hace pensar.
 Me pregunto que haces. Donde estás, si estas en la cama de alguien más. Y sufro con las dudas. Siempre tarde. Asi llego. Siempre tarde. Tarde a darme cuenta de lo importane que es demostrar.
Siempre tarde. Asi llego. Siempre tarde. Tarde a tus caricias, a tus miradas, Tarde a decirte que te quiero.
Siempre tarde. Asi llego, Siempre tarde. Tarde a perdirte perdón. Tarde a cuidarte. Tarde a mimarte.
Siempre tarde. Asi llego. Siempre tarde. Tarde para recuprerar ese pedazo de mi corazón que te regalé.
Siempre tarde. asi llego Siempre tarde.
Asi llegan siempre tarde. Mis sueños, Siempre tarde. Me robaste el sueño, para siempre tal vez. Me robaste las noches de calma. Me robaste mil abrazos. Me robaste las ganas de besar.
Me matas con la duda .
Me robaste el sueño. 
Otro dia largo me espera mañana. y aqui llegare por la noche, como siempre, tarde... a esperar mensajes que nunca lleguen. pero aun asi no podre dormir.
siempre tarde... me pregunto por que.

martes, 24 de julio de 2012

Ellas, ellos y uno en el jardin

Atrapado en tormentas de buen tiempo, uno se sienta en el jardín a ver las arañas tejer sus telas. Dulces sedas que a más de un distraído volador atraparán.
 En la entrada de la casa, a la salida al jardín. Uno se sienta y piensa. Piensa que quisiera no pensar. Ellas, las arañas, reinas de sus sedas trabajan y trabajan sabiendo que mañana será un dia mejor. Ellos, solo vuelan buscando quien sabe que en quien sabe donde.
 En el escalon más alto uno se sienta y observa. Ellas ya están casi listas para el banquete. Ellos perdidos en la oscuridad, guiados por falsas lunas pierden los objetivos pero siguen y vuelan, cegados por las luces de alguna ciudad, pero en la oscuridad del jardin.
Uno se sienta y piensa, y las asocia a ellas y a ellos a su vida diaria. Ellas se sientan en el medio de sus telas y esperan en silencio. Preguntandose si esa tela se ve bien. Ellos tarde o temprano caerán.
 Uno mira con pena lo que está a punto de ocurrir.
 Ellas los ven.
Ellos no las ven.
Y caen...
Ellos se sienten cómodos en las telas. Ellas apresuran el paso. No quieren dejarlos partir. Se acercan y los miran a los ojos. Ellos acaban de descubrir terror en las miradas de ellas. Ellas los miran. Por un momento parece ser que hasta sienten pena por lo que va a pasar, pero al final no hay remedio.
 Uno se sienta en el calor del verano piensa . Ellas los besan. Ellos pelean por seguir volando sin rumbo pero al final no lo consiguen y lo saben.
 Ellas consumen con un poco de tristeza la vida de ellos y ellos, se dejan llevar. Pierden sus almas. Los voladores ya nunca volarán.
Uno ve la mañana acercarse  sentado en el jardín y piensa. Es la hora de dormir. Y aquella noche en el mundo nada exraordinario pasó.