martes, 2 de junio de 2009

Rumbo al Este

Querés escribir y no sabés que. Querés un abrazo por la mañana, tal vez un beso. Querés no tener que dar explicaciones. Querés marchar rumbo al Este. Y encontrarte con el amanecer cara a cara. Ya te cansaste de ver atardeceres.
Querés que te acompañen pero sabés que es algo que querés hacer en soledad. Querés que que te acpmpañe desde allá, sentada en la luna de plata con el oro en su cabello.
El que camina solo disfruta mejor de sus propios pensamientos pero está condenado a nunca jamás porder compartir.
Cuando llegues a las costas del oriente todo va a haber terminado, tu camino, tus historias, los amigos y enemigos. Los amores y desamores. Los encuentros y desencuentros. Cuando llegues a esa playa que todavía no conocés todo habrá quedado atrás.
Pero hoy te invita la memoria un vaso de vino y con ella te sentás a charlar. Ella te cuenta historias y vos sólo bebés y escuchás. ¿Qué más podés hacer? A la memoria le gusta charlar y muchas veces con ella nos hundimos en la noche largas horas. Mientras tanto la luna deja rastro en el cielo.
¿De dónde sos? Eso no se puede decir. Si podés decir donde naciste, donde creciste, donde te enamoraste la primera vez y tambien donde estás, pero ni todas esas cosas hacen que seas de un lugar. El lugar de donde sos es esa playa que todavía no conocés. El lugar de donde sos, es ese lugar del que un dia simplemente te sentis parte y se vuelve parte de vos.